viernes, 31 de mayo de 2013

Frozen Murders, recien sacadito del horno!


 ATENCION: SI NO TE GUSTA EL GORE, NO LEAS ESTO.

Sexta Parte

Aquella podría haber sido la más exagerada de todas las reacciones que Emily pudiera haber imaginado. Tan carente de sentido, de ese sentido común que Scott tenía para todos los ámbitos y situaciones, de hecho todo pasó muy rápido y apenas tuvo tiempo de pensar porqué ocurría aquello. Le pareció gracioso el hecho de que él no pudiese optar por quedarse también o enfocarse en alguna otra meta, pero no, sus objetivos siempre debían ser alcanzados sin objeciones y con el plan anteriormente realizado. El que fuese una persona totalmente esquematizada en algunos aspectos ahora estaba suponiendo un pequeño problema en su vida. En realidad ella creía que podía controlar todo, pero ahora que lo notaba estaba saliendo de su poder y control. El muchacho que siempre había sido mucho más grande que ella se había convertido en una bestia que podía aplastarla en un abrir y cerrar de ojos. Tan rápidamente con el batir de las alas del colibrí o la caída en picada de un halcón en busca de su presa. 

Scott White había dejado su yo reflexivo y compresivo detrás de una ola de rabia que desfiguraba no solo su rostro sino su carácter y su alma. Había sido un estallido tan grande de locura que hubiese dejado totalmente orgullosa a su prima actualmente internada en un manicomio por repetidas ocasiones como esa. Él no lo sabía pero compartía un atisbo de la enfermedad que se desarrollaba en su máximo esplendor en su prima y ahora lo estaba sacando a relucir. Sin palabras, sin gritos sin sonidos amenazadores. Su furia fue tan helada y silenciosa como una repentina nevada. Los platos anteriormente situados sobre la mesa pasaron a ser paisaje del suelo y sus manos que siempre habían sido tan delicadas con el cuello de su hermosa amada ahora se habían convertido en brutales y ávidas por el dolor. Ustedes pueden que piensen que aquello no tenía ciertamente un porqué, pero si se ponen a pensar, él tenía un gran porqué. No iba a permitir jamás que su objeto de adoración pasara por otras manos a sus espaldas, nunca podría considerar el hecho de no fuese solamente suya, sabía que no había sido el único pero planeaba ser el último.

Por otra parte su enfermedad, que solo necesitaba un pequeño empujón como ese, le llevó a un estado de euforia y éxtasis mientras aquella mariposa se retorcía entre sus manos e iba perdiendo cada rayo de vida. Él nunca había experimentado una sensación tal, se le hacía la boca agua, estaba fuera de sí. Emily dejó de resistirse a lo inminente y aceptó su muerte con tristeza y melancolía, sin poder comprender aquello. Ella nunca iba a entender la importancia de mantenerla en ese estado por siempre, ella nunca podría abarcar el pensamiento tan hiriente de tener que soportar estar tan lejos y con la duda. Por eso decidió que prefería todo eso al supuesto dolor que vendría luego, un dolor mental, un malestar que gradualmente se volvería físico por pasar tantos años en un paraíso de hielo. No puedo decir que Emily no se había inmutado mientras la asfixiaban, de hecho había derramado varias lágrimas mientras el miedo se instalaba en ella como último sentimiento. Scott había apretado con tanta fuerza… nunca había hecho tal cosa. En sus manos podía sentir el agua ligeramente tibia que había rodado por las mejillas de la chica, y pudo darse cuenta por la mirada que ya no estaba con él. Que ya había pasado a un mundo donde él no podía acceder ahora. Al que no se atrevía.

Mucha gente hubiese entrado en un estado de pánico absoluto al presentarse tal ocasión, mucha gente, sí, pero no él. No, cuando su furia desapareció y en su mente aún podía degustar aquella excitación que había hecho correr su adrenalina. Era una sensación nueva, utópica, perfecta, un sentimiento de nostalgia invadió su cuerpo al ver el cadáver de su novia. No arrepentimiento, eso nunca, sino, el recuerdo de alguna vez en que vio aquellas mejillas tan llenas de vida y ahora solo mostraban una blancura en proceso de calcificación. Se sentó nuevamente en la silla, se cruzó de piernas y contempló a la mujer en galas durante un rato indefinido.

Cuando estuvo lo bastante seguro de que era el momento de entrar nuevamente en acción le tomó un segundo decidirse, pero manteniendo aquella idea en la mente se propuso sentir otra vez ese éxtasis casi platónico. Manejó el cuerpo como si fuese una muñeca de trapo, depositándola sobre la mesa y tomando uno de los cuchillos con los que habían cenado. Como todo estaba en el suelo no hubo dificultad alguna para disponer de la superficie plana que le brindaba la mesa, cuando hundió, lo que ahora había pasado a ser su instrumento de cirugía, sangre caliente, hirviendo, comenzó a salir de la herida manchando ese vestido tan hermoso. Era una locura, pero uno no podía ignorar que se había vuelto loco de remate. Era sencillo el argumento que usaría luego y como no era más que un cínico empedernido, un reptil de sangre fría, no haría más que irse argumentando que Emily se había marchado también. Obviando el hecho de que no se delataría puesto que estaba en camino a un lugar totalmente aislado durante seis años, podría alegar que no sabía nada de la desaparición pero si de un supuesto viaje que ella haría.

Sonrió de lado satisfecho con aquellos pensamientos tan simples que no supondrían un gran esfuerzo exponer ante cualquiera que exigiera una respuesta sobre el paradero de la muchacha que ahora pertenecía a él por completo. Estaba satisfecho, de hecho bastante. ¡Lo último que sus ojos habían observado habían sido los de él, se había llevado su imagen para siempre, como último recuerdo, como los amantes eternos, como la necesidad de tener al otro presente por siempre! Se sintió un romántico por momentos mientras se llenaba las manos de sangre y extraía algunos órganos del interior de Emily. De su Emily, de su muñeca, de su propiedad, ahora aquél cuerpo era uno más de sus bienes, pero no cualquier bien. No, era su bien más preciado y perfecto que pudiese existir en un mundo tan corrupto y corrompido como en el que vivían. Se mordió los labios mientras depositaba todo dentro del bolso de la chica, le parecieron atractivos los guantes carmesí que portaba en ese instante, contempló su obra maestra. Mucho más magistral que cualquier pintura que ella podría haber pintado jamás.

-        -  Eres tan… hermosa –un susurro cansado, lastimero. Ahora toda aquella adrenalina se convertía en pesadez y una sensación de exhaustivo pesar. Se miró las manos, la volvió a mirar, sus sonrisas variaban de todos los matices posibles y habidos, pero la tristeza nunca llegó a su mente, a su corazón ni a sus facciones. Se había convertido en un ser tan frío como el más grande de todos los témpanos. No podía parar de apreciarla, incluso mucho más hermosa que en vida, ahora realmente quería llevársela y adorarla como en una ensoñación provocada por Morfeo. Estaba conmovido, nunca tanto como para considerar derramar una lágrima al ver tanta hermosura apilada. Decidió que aquellos integrantes que una vez habían estado dentro de ella serían sus trofeos y no tardaría nada en ponerlos en frascos en su bóveda. Suspiró por última vez y acomodó las manos de Emily sobre su estómago abierto de par en par, vacío, horrendo, violado, antinatural, como en un gesto de pura paz. Más nunca se le pasó por la cabeza cerrar aquellos bellos ojos que miraban a la nada con el maquillaje corrido. No, nunca podría hacerlo, aquello sería aceptar su verdadera muerte y no podía considerar tal cosa. Tomó una copa del suelo medio rota, medio sana y la llenó de vino. Simplemente se limitó a contemplar y beber, imaginando y cavilando si su sangre sería tan deliciosa, tan exquisita y tan exótica como creía.

jueves, 30 de mayo de 2013

Puta madre, me revienta ver que faltan muchas imagenes en algunas entradas. No pienso ponerme a cambiarlas a todas así que se las van a tener que imaginar, sorry.

Paz

PD: posiblemente tengamos otro cambio de estilo, si, esperenló con ansias ;)

Nunca digas no al Panda


Holis

¿Si te digo que puede que vuelva a subir publicaciones? ¿Cómo te quedas?

Imagen: DalasReview (Canal de Youtube)