jueves, 11 de febrero de 2010

Viaje eterno



Se había quedado tildado viendo cómo se movian las manecillas del reloj, el tiempo pasaba demasiado lento para él. Ya había esperado mucho por ese tren incluso había hecho lo imposible por conseguir un boleto solo para darse cuenta ese transporte que tanto anhelaba no iba a llegar jamás. Miró la estación en ruinas donde antes solía haber mucha gente llendo de un lado para el otro y ahora no podía siquiera sentirse la presencia de una pobre alma en busca de algo que hacer. Con un nudo de melancolía y resignación en el estómago comenzó a caminar por las vias del tren hacia el horizonte fijándolo como su próximo y más cercano destino.

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