martes, 17 de agosto de 2010

Nada importa


Había estado esperando por más de media hora y ella no llegaba, él tenía entendido que era una chica y como toda, tenía la extraña e inexplicable manía de psar horas frente a un espejo porque se le había corrido un poco de rimel y debía de quitarse todo el maquillaje y volver a ponerselo. Pero aquello era el colmo, porque ella no usaba ese tipo de productos, no que él supiera. Cada dos minutos contados, miraba su reloj, preguntándose si realmente aquello era una broma del objeto que movía a gusto las agujas y hacía que estas se moviesen con una lentitud tremenda para irritarlo de sobremanera.

Sin previo aviso, y al levantar la mirada pro enesima vez, sintió unos labios contra los suyos. Al instante, todo pensamiento que podría haber tenido en la mente se había desaparecido sin dejar rastro algúno. Se puso en pie, y la sonrisa que ella portaba se le contagió. Era así, no importa cuanto tuviera que esperar, siempre valía la pena, aunque ella solo se hubiese puesto un simple vestido cuadrillé y se dejar el cabello suelto sobre los hombros.

"A Dirge for her the doubly dead in that she died so young"

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