lunes, 25 de enero de 2010

Sin decir adiós


Y el vidrio se rompió, estallando en miles de pedazos, esparciéndoce sobre el suelo tal cual mi confianza.Tan sólida que hasta se podía tocar, tan pura y transparente que se podía ver a través de ella y fue tan fácil destruirla... tan fácil como el deshacerse de un cristal. Lo miré unos momentos más hasta que decidí abandonarlo ahí, tomando mi maleta de viaje y dándome la vuelta para salir de aquella habitación, olvidándole y a todo lo despectivo en ese lugar.

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