jueves, 6 de mayo de 2010

Marioneta


Mientras el profesor hablaba, poco a poco comencé a notar finos hilos de cera que controlaban sus actos y su habla, hasta su respiración y pensamientos. Miré con disimulo hacia arriba para comprobar quien era el que lo manejaba de tal forma, quien era el pequeño graciosillo. Yo se que tendría que estar asustada pero en absoluto lo estaba, únicamente me había sentido algo sorprendida. entreabrí los labios sin entender. Los hilos llegaban mas allá del techo, brillaron burlones y desaparecieron. Voví la vista al profesor con rapidez pero ya no podía ver los hilos.

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