domingo, 23 de mayo de 2010

Vértigo en la boca del estómago, constates escalofrios, cosquilleos por todo el rostro y espalda.

Echa la cabeza hacia atras, en una vana súplica al cielo, una súplica silenciosa transmitida a penas con sus ojos.

- ¡¿Porque me gusta tanto?! -grita a pleno pulmón, para morderse el labio y volver la mirada al frente, suspirando con alivio de haber hecho aquello. Seguro lo extrañaría en su ausencia, pero podría soportarlo perfectamente, o eso esperaba.

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