martes, 15 de diciembre de 2009

~ Muerte de Victoria ~

- No -canturró Edward, con su voz seductora-. Quédate un poco mas.
Ella aceleró y voló hacia el refugio del bosque como una flecha de un arco.
Pero Edward fue más rápido, como la bala de una pistola.
Lagarró por la espalda desprotegida justo al borde de los árboles y el baile se acabó con un último y sencillo paso.
La boca de Edward se deslizó por su cuello como una caracia.
El estruendo chirriante de los esfuerzos de Seth cubrió cualquier otro ruido, o no hubo ningún sonido distintivo que permitiera dar una imagen clara de violencia. Lo mismo podría haber estado besándola.
Y luego su ardiente maraña de pelo ya no siguió conectada al resto del cuerpo. Las temblorosas olas anaranjadas de sus cabellos cayeron al suelo y dieron un salto antes de rodar hacia los árboles.

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