jueves, 10 de diciembre de 2009

¡Que lindo es ser mala!


No te importa, solo lo haces, lo tomas, lo dejas, lo tiras, lo eliminas, lo cambias a tu parecer. Contestás como querés ya no tomás en cuenta sentimientos, pensamientos o acciones ajenas solo te importa lo tuyo, no defendés a nadie, estás encerrada en tu cápsula donde nadie te molesta, te lastima, nada de importa.

A veces me gustaría ser así, el que las cosas me peguen tanto a veces es desgarrador, me duele el que otros me traten mal. Lo sufrí durante tanto tiempo que a fin de cuentas me pongo a pensar y no le veo nada de malo aguantar otro par de años así. Sobreviviendo con las palabras de aliento de la familia, con la certeza de que tenés un reducido número de amigos que de verdad lo son, que están ahí cuando te desmoronás.

Éso, éso es lo lindo de ser malo, porque se invierten roles y ahora sos vos el que hace sentir mal al otro, el que hace padecer burlas y maltratos y no te importa, porque a vos ya te lo hicieron, ya sos totalmente inmune, ya estás acostumbrado y sabés que el otro también se va a acostumbrar.

Que cruel puede llegar a ser la gente y uno nunca se da cuenta de ello.

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