jueves, 19 de noviembre de 2009

Lo mejor, es un toque de imaginación III


El silencio es considerado parte de la música, siempre lo creí algo para disfrutar, algo que da paz, algo para reflexionar. Te brinda la posibilidad de concentrarte en lo que sea. Algunas veces es agradable estar en silencio con las personas con las que te sientes cómoda, pero por otra parte con él se puede tensar el ambiente de tal manera que cualquier pequeño sonido que lo rompa es una catástrofe. Algunos son de duda, vacilación, algo peligroso y da mucho que pensar, a veces cosas equivocadas. Por suerte este no era nuestro caso y estábamos a gusto.

Se había oscurecido totalmente e íbamos por una carretera desierta, me mataba la curiosidad, ya había intentado varias veces pero solo conseguía que él me sonriera y presionara dulcemente sus labios contra los mios en un vano intento por tranquilizar mi creciente impaciencia.

Mordí mis labios medio aburrida sin despegar los ojos de la ventanilla, ya había contado mas de quinientos ochenta árboles y docientas casas hasta que dobló en una entrada de madera que estaba cerrada. Miré con interés el edificio que se veía desde mi posición. Era antigua y estaba cubierta de nieve, por completo casi parecía invisible. La noche era cerrada y solo las farolas del coche iluminaban un poco aquél lugar el cual no conocía. Tomé el móvil y lo apagué, porque la verdad era que no me interesaban las posibles llamadas desesperadas, a esta altura del día ya calcularían que me había escapado y sinceramente no me importaba en lo mas mínimo. Una nueva ola de aire frío alborotó mi cabello cuando él volvió a entrar al auto. Guardé el móvil en mi chaqueta y miré al frente, sonriente y emocionada, sin apartar los ojos de aquella intrigante casa que se veía a la distancia.

Lo miré de reojo, también estaba sonriente. Seguimos por el camino que estaba echo y cubierto de nieve, al igual que estaba todo ahí.

Aparcó el auto a un lado y se giró para verme. Alcé las cejas medio sorprendida, no me lo esperaba, no sabía cuál sería su próximo movimiento así que esperé a que dijese algo.
- A ver -sacó un pañuelo de color negro y me vendó los ojos. Eso fue algo que disparó mi corazón, parecía el batir de las alas de un colibrí.
- ¿Qué vamos a hacer? -murmuré emocionada por demás. Su risa fue música para mis oídos, una música exquisita, deliciosa.
- Solo deja guiarte -asentí, calculaba que me llevaría dentro de la casa, que abría alguna sorpresa, seguía sin poder imaginarme nada y ahora, sin ver nada. Ya con el pañuelo atado y cubriendo mis ojos, me ayudó a salir del auto y comenzó a caminar en alguna dirección. Aquella sonrisa estúpida no se borraba de mi rostro y me preguntaba si se vería demasiado penosa. Algo de todo eso me pareció extraño ¿Cuanto se tardaba en llegar a una casa que estaba justo a un lado? Estábamos caminando mucho más.

5 comentarios:

Euge Vitelli dijo...

Romántico
Muy lindo
y llevadero
hija de puta
cada vez que lo leo se me hace un nudo en la garganta -.-

Te felicito ¬¬ jajajja,
no, en serio, te felicito.
Un beso

Euge Vitelli dijo...

EMOCIÓN Majo, EMOCIÓN, con CE
=P

Elastic Heart dijo...

Bueno Euge, pero esque no se e.e No me marques los errores porque no escribo mas ¬¬
Que bueno que te haya gustado xD

Anónimo dijo...

no le marquen los errores q a mi me gusta como escribe... por mas de que sea una bestia escribiendo:P
naah.. mentira... me encanta majoooo
te amooooo
naty

Elastic Heart dijo...

Na-na-na naty-ty (?)
Tambien te amoooooooooooooooooo!