miércoles, 25 de noviembre de 2009

Lo mejor es un toque de imaginacion VI


Cerré los ojos con fuerza, deseando que aquello fuera solo un mal sueño que el olor se esfumara, sentir las suaves sábanas contra mi cuerpo, estar en paz con todo y todos, encontrarme en mi habitación. Pero claro, el soñar no cuesta nada, el desear algo era tan fácil como respirar pero ¿Qué es lo que verdaderamente deceamos? Muchas veces uno piensa en un deseo que tal vez no es, pero esta cien por ciento convencida. Bueno, esta vez, en ese momento de mi vida tan culminante, era mi caso. Quería, deseaba, anhelaba, necesitaba salir de ahí y lo ansiaba con todo el ser y sabía que ese tal vez podría ser un verdadero deseo.

Abrí los ojos y lo que me pareció años fueron segundos. Volví a fijarme en la mancha de la pared, a contemplarla con asco, no podía creer que eso estuviera ahí cuando debía estar dentro del cuerpo, recorriendo nuestras venas como normalmente sería. El corazón palpitaba fuerte contra mi pecho, su sonrisa ya no me gustaba, me incomodaba, el aroma no ayudaba nada. Estaba paralizada, clavada en el suelo, no me podía mover, por mas que quisiera correr o golpearlo o lo que sea no podía, no tenía fuerza.

- ¿Qué pasa? ¿Porqué estás tan callada? -ese tono de voz, volví la vista al objeto que tenía en la mano derecha que se balanceaba de una forma amenazadora. Se percató de lo que observaba y la miró también.
- ¿Te gusta? Hoy va a ser de utilidad -aseguró sonriendo casi amable. ¿Cómo podía ser que lo quería tanto? Dio un par de pasos hacia mi con despreocupación, la madera rechinaba con su peso, yo seguía congelada. Levantó el hacha y abrí mucho los ojos. Adrenalina. Me tiré a un lado chocando con algunas herramientas y frunciendo los labios por el olor.
- ¿A dónde vas? -sonrió divertido- Qué traviesa -volvió a cargar con el arma y me arrastré por el suelo, pero claro, no fui lo suficientemente rápida y esta se clavó en la parte inferior de mi pierna. Grité de dolor. Mierda. Ya sentía ese odio irracional que ocurría automáticamente cuando alguien me lastimaba fuese de la manera que fuera. Rió otra vez, dios, si no dejaba de hacer eso le golpearía. La rabia y el miedo no eran sentimientos compatibles o tal vez sí, porque era justamente lo que sentía en ese momento. Quitó el hachote y apreté los dientes, para ahogar un grito.
- Uy ¿Te duele? -se mofó. ¿Pero quién era? ¿Cómo es que había cambiado tanto de carácter? ¿En realidad se trataba de la misma persona que era mi novio hacía tan solo un rato? Miré otra pared que estaba cerca de mi y vi que había muchos recortes de algo, no alcanzaba a leer demasiado pero el enunciado rezaba así:

Joven asesinada, ningún sospechoso, ninguna huella ¿Acaso fue un fantasma?

Grité otra vez de dolor y me giré a verlo, sus ojos ya no mostraban aquella expresión de amor y yo simplemente no podía creerlo.

4 comentarios:

Euge Vitelli dijo...

BUENÍSIMO

Cómo es que llegamos a esto?

BUENÍSIMO =D

Elastic Heart dijo...

jajajajaj xDDDDD Que bueno que te gusto, en serio, me pone feliz porque lo creia un fracaso xD

Anónimo dijo...

Me remil atrapó, está re bueno ;)
Seguí escribiendo que me encanta como lo haces :D

Elastic Heart dijo...

jajaja gracias =D