domingo, 22 de noviembre de 2009

Lo mejor, es un toque de imaginación IV


Yo era fanática de esas sorpresas, adoraba que me consintieran con todo tipo de chucherías sin sentido siempre y cuando fuesen originales. Y claro, ¿A quién no? Bueno, también existe esa gente que prefiere las cosas útiles que pueden usar cotidianamente y que les hace falta, pero eso no era un regalo para mi, los verdaderos regalos son cosas lindas, que significan mucho para uno. Puede ser desde algo personal hasta algo totalmente absurdo, como muchas de las cosas que guardaba en mi cuarto desde hacía varios años, pero estaba segura no podría vivir con el alma en paz sin ellas. Ahora, imaginensé, si a mi me gustaban los regalos, cómo sería con una sorpresa. Si, sería algo descontrolado por mi humor explosivo.

Caminar, caminar, caminar. No hacíamos más que eso y a mi se me estaban entumeciendo las manos, y tenía frío pero seguía adelante con esa ilusión que me hacía el no saber nada y el dar por sobreentendido que confiaba en el ciegamente, literal y figurativamente.

Inspiré aire y exhalé lentamente en un gran suspiro, varias veces intenté otra vez el sonsacarle información por todos los medios que me eran posibles cuando estaba incapacitada pero siempre fallaba, me preguntaba de dónde rayos sacaba esa fuerza de voluntad para negarme todo lo relativo a lo que estaría a punto de ver. Si alguna vez sentía un dolor físico por algo tan estúpido como la gran curiosidad que tenía, ese era el momento. El trayecto también había sido silencioso porque siempre que abría la boca era para protestar del frío, o de preguntar si faltaba mucho, o laguna cosa relacionada pero él siempre me acaballa, como en el auto. Si, definitivamente me moriría. Varias veces había pensado en lanzarme al suelo y hacer algún que otro berrinche, pero no me permitiría hacer eso, no con él, no en ese momento tan culminante. Estaba mucho más que segura que cuando todo acabara le daría de golpes o besos hasta que se cansara, aunque sabía que eso era imposible por el hecho de que no tenía mucha fuerza y él ya me había dicho un millón de veces cuánto disfrutaba que lo besara.

Se detuvo y yo seguí de largo, dándome de llano con algo, algo duro, frío ¿Nieve? No, muy blanda ¿Concreto? Posiblemente. Me jaló hacia atrás con una risita divertida y besó mi frente, la cual froté un poco adolorida. Escuché un rechinido ¿Una puerta? Sentí esa emoción embargarme de pies a cabeza, la adrenalina recorriendo mi estómago como si estuviera en la cima de una montaña rusa a segundos de bajar. Entramos, pero aún no me quitaba la venda, seguía todo en un maldito suspenso.

Un portazo, un chasquido. Gemí, sintiendo el corazón contra las costillas. Me quité la venda y contemplé el lugar. ¿Qué rayos era esto?

3 comentarios:

Euge Vitelli dijo...

Daleeee
Daleeeeeeeeeeeeeeee

Quiero saber dónde carajo están :)

Euge Vitelli dijo...

Por otra parte,
yo soy de las que odian los regalos inútiles (chucherías y esas cosas)

No nos llevaríamos bien con tu protagonista :)
jajaja

Elastic Heart dijo...

JAjajajajaja que maldita xD ¿Es que la foto no te dice todo? xD Ahh... todabia no voy a subir la parte que sigue, tengo que escribirla (Que conste que esta la hice en 20 min) y que tengo que estudiar para pruebas xD