lunes, 23 de noviembre de 2009

Lo mejor, es un toque de imaginación V


En mi vida había vivido cosas distintas, algunas un tanto perturvadoras como aquella vez que vi a mi abuela saliendo del baño completamente desnuda. De acuerdo, eso no tiene que ver con nada, pero al menos debía mencionarlo. La cuestión es que yo no tenía miedo, en realidad, solo temía a cosas muy puntuales, no era una persona miedosa, por así decirlo. Solo tenía pánico a las alturas y por alguna extraña razón a los cuervos, me daban unos tremendos escalofríos y sabían que eran pájaros de mal agüero. En mi caso, debería haberles prestado atención cuando los vi en la entrada a este campo donde nos encontrábamos.

Me fijé en los detalles del cobertizo, era bastante grande, había herramientas por todas partes, estaba desacomodado y tenía un olor prutrefacto que daba asco. Fruncí el ceño sin entender nada, porque ¿Qué sentido tenía estar ahí con mi novio en la noche? Comenzaba a sentir una nueva molestia en el estómago, nauceas. Si, el aroma no era agradable en absoluto pero aquella sensación debía guardármela para después. Algo dentro de mi cabeza, aquél instinto que todos tenemos, ese al que muy de vez en cuando hacemos caso, ese, me indicó que debía alejarme de ahí, de él, de todo.

Su risa me hizo volverme y parpadear varias veces medio desconsertada. Toda aquella parte de la pared y la puerta estaba manchada, pero no me creía que fuera eso, no eso, era todo una broma de mal gusto. Su rostro seguía tan apacible como siempre. Entreabrí los labios unos momentos, inspiré aire por la boca para no sentir el perfume aquel que reinaba y cargaba el ambiente.

- ¿Esto es una broma? -murmuré con voz ahogada, no sabía porqué tenía ese tono, me parecía todo muy extraño. Siempre había creído que por muchas sorpresas que tuviese en la vida, jamás pasaría por algo que verdaderamente fuera memorable, pero estaba segura que ese momento si lo sería. Lo que más me dejó pasmada fue su negación, un sutil movimiento de la cabeza para infundirme un terrible pánico tan irracional como el amor que sentía por él.
- No, esta es mi sorpresa, mi última sorpresa... -¿Última? ¿Ya no habría mas sorpresas? ¿Me iba a dejar? No, no podía ser tan ingenua de pensar aquellas estupideces, de no darme cuenta. Mi respiración se agitó recordándome a las películas de miedo que solía ver con él. Volví a echar una ojeada al lugar ¿Qué iba hacer ahora? No sabía sus intenciones, no tenía idea de nada hasta que la vi, en ese momento comprendí todo.

2 comentarios:

Euge Vitelli dijo...

Bueno
ya es suficiente
me hartaste
quiero saber que pasa
basta
basta
basta
me cansé

Elastic Heart dijo...

JAJA tenes poco poder de deducción u_ú xD No voya decir nada mas :3 Quedate con la duda hasta que suba el otro cap xD